Cómo limpiar y mantener las llantas del coche en buen estado

Última actualización: 13.06.2025


Las llantas suelen ensuciarse más de lo que parece. Polvo de frenos, grasa, sal, barro… todo se acumula con facilidad y, si no se limpia a tiempo, puede acabar estropeando el acabado o provocando corrosión.


Si quieres que tu coche luzca bien y que las ruedas te duren más, vale la pena dedicarles unos minutos. Te contamos cómo limpiar las llantas paso a paso, qué productos funcionan mejor y cómo protegerlas para evitar que se deterioren con el tiempo.

¿Qué son exactamente las llantas del coche?

Las llantas son la parte metálica de la rueda donde va montado el neumático. No son lo mismo que la rueda completa: la rueda incluye la llanta y el neumático juntos, pero a menudo se confunden. La llanta va fijada al coche mediante tornillos y transmite el movimiento del motor al neumático.


Las más comunes están hechas de acero o aluminio, y en algunos casos llevan un acabado cromado. Su estado influye directamente en la estabilidad, el equilibrio y el desgaste del neumático. Una llanta deformada o con óxido puede causar vibraciones, pérdida de presión o dañar el neumático con el tiempo.


Por eso, mantener las llantas limpias y bien cuidadas no es solo una cuestión estética: es parte del mantenimiento básico del coche. A continuación, te explicamos cómo hacerlo paso a paso según el tipo de llanta que tengas.

Cómo limpiar las llantas de tu coche y qué productos usar

Para que la limpieza de las llantas sea eficaz y segura, empieza siempre con ellas frías y a la sombra. Si están calientes, el producto puede secarse demasiado rápido y dejar marcas. Ten a mano un cubo con agua, un cepillo específico para llantas, un paño de microfibra y el limpiador adecuado para el tipo de material.

¿Qué productos usar según el tipo de llanta?

  • Llantas de aluminio: Utiliza un limpiador ácido suave específico para aluminio. No lo dejes actuar más de 30 segundos. Frota con un cepillo de cerdas suaves y aclara con agua a presión. Seca con un paño limpio para evitar cercos.
  • Llantas de acero: Aguantan mejor la suciedad, pero es mejor no dejarla acumular. Aplica un gel limpiador sin ácidos, déjalo actuar 2–3 minutos y frota con un cepillo de cerdas medias. Aclara y seca bien. Puedes añadir un protector contra la oxidación.
  • Llantas cromadas: Son delicadas. Usa productos neutros, sin alcohol ni ácidos, y frota solo con esponja o cepillo blando. Seca siempre con un paño para evitar que se oxide. Para mantener el brillo, aplica un sellador cada pocas semanas.

Errores comunes que debes evitar

  • Usar productos no específicos (como limpiacristales, jabón de cocina o desengrasantes multiusos).
  • Aplicar limpiadores con amoniaco o ácido fuerte en materiales sensibles.
  • Frotar con lana metálica o cepillos duros, que pueden rayar o desgastar el acabado.
  • Limpiar al sol o cuando las llantas están calientes, lo que puede dejar cercos y manchas.

Para un cuidado completo de las ruedas, revisa también los neumáticos, la válvula y posibles golpes en la llanta. Lo ideal es limpiar las llantas cada 2 o 3 semanas, sobre todo si usas mucho el coche en ciudad o en días de lluvia.

Cómo quitar la suciedad difícil de las llantas

un mecánico revisando las ruedas de un coche blanco

Si las llantas tienen una capa negra que no sale con agua y jabón, seguramente se trate de polvo de frenos, grasa o suciedad acumulada durante semanas. En estos casos, conviene usar productos específicos para suciedad incrustada.

Tipos de suciedad y cómo eliminarla

  • Polvo de frenos: Usa un limpiador férrico o descontaminante para llantas. Estos productos reaccionan con las partículas metálicas y las disuelven sin dañar la superficie. Rocía el producto con la llanta seca, deja actuar entre 1 y 3 minutos (según el fabricante) y aclara con agua a presión.
  • Grasa y alquitrán: Para manchas muy adheridas, puedes usar un limpiador desengrasante para carrocería o un eliminador de alquitrán. Aplica directamente sobre la zona, deja actuar unos segundos y frota con un cepillo de cerdas suaves. Aclara y seca.
  • Manchas que no salen: Evita raspar con objetos duros. Si hay restos persistentes, repite el proceso en lugar de insistir con fuerza. Si aún así no desaparecen, considera aplicar una arcilla descontaminante o consultar con un especialista en detallado.

Y si notas que la suciedad vuelve muy rápido, puede ser momento de aplicar un producto protector que te recomendamos más adelante.

Errores comunes al limpiar las llantas

Antes de ponerte a limpiar las llantas, recuerda que no todas se tratan igual: el material y el acabado influyen mucho en los productos y herramientas adecuados. Aun así, hay errores frecuentes que conviene evitar si quieres conservar tus llantas en buen estado.

  • Usar productos no específicos: Limpiar con jabón lavavajillas o desengrasantes domésticos puede dejar marcas, residuos o dañar el barniz.
  • Frotar con cepillos metálicos: La lana de acero o los estropajos pueden rayar la superficie, sobre todo si la llanta es de aluminio o está cromada.
  • Limpiar con las llantas calientes: Si acabas de circular, deja que se enfríen. El calor hace que el producto se evapore mal y deje manchas.
  • No secar tras el lavado: Dejar que el agua se seque sola puede generar manchas de cal, especialmente en llantas oscuras o brillantes.
  • Dejar el producto más tiempo del recomendado: Algunos limpiadores, si se dejan actuar de más, pueden dañar la pintura o el barniz.
  • Aplicar productos ácidos en llantas con acabado delicado: Los limpiadores ácidos solo se deben usar si sabes que tu llanta lo admite. Si tienes dudas, elige siempre un producto de pH neutro.

Evitar estos errores al limpiar las llantas del coche te ayudará a conservar su aspecto, evitar arañazos y prolongar la caducidad de tus neumáticos.

Protege las llantas tras la limpieza

BMW azul de Autohero estacionado en la calle y con unas llantas impecables

Una vez limpias, es buen momento para aplicar un protector específico para llantas. Este tipo de producto crea una capa que repela el polvo de freno, el agua y la suciedad, facilitando la limpieza en los siguientes lavados. También ayuda a prevenir la corrosión y el deterioro del acabado, sobre todo si aparcas en la calle.

Productos recomendados

En el mercado hay varios selladores eficaces, como CarPro DLUX o Poorboy’s Wheel Sealant. Ambos ofrecen protección duradera, incluso frente a sal, humedad o temperaturas extremas.

Cómo aplicar un protector paso a paso

  1. Limpia y seca bien las llantas. No debe quedar polvo ni restos de agua.
  2. Aplica el sellador con una esponja o aplicador específico. Usa poca cantidad y extiende de forma uniforme.
  3. Deja que se fije. Consulta el tiempo de curado recomendado por el fabricante (suele ser entre 15 y 60 minutos).
  4. Pule con un paño suave para retirar el exceso y sacar brillo.

Con un uso normal, la protección suele durar entre 4 y 6 semanas. Si conduces mucho o lavas el coche a menudo, puedes reaplicarlo una vez al mes para mantener el efecto.


Y si quieres cambiar el aspecto de tus llantas, también puedes pintarlas con productos especiales diseñados para resistir la temperatura, los golpes y la suciedad.

Otros consejos para el cuidado exterior del coche

Mantener las llantas limpias es solo una parte del cuidado exterior. Para que tu coche luzca como nuevo durante más tiempo, conviene prestar atención a otros elementos:

  • Lava la carrocería regularmente, sobre todo si has conducido por zonas con sal, polvo o barro.
  • Pulir los faros puede mejorar la visibilidad por la noche y rejuvenecer el aspecto del coche.
  • Limpia la tapicería y el salpicadero con productos adecuados, evitando que la suciedad se incruste y se deteriore con el tiempo.
  • Revisa el estado y la presión de los neumáticos de forma periódica, ya que una presión incorrecta o un desgaste irregular también puede afectar a las llantas.

Un mantenimiento exterior regular no solo mejora el aspecto general del coche, también ayuda a conservar su valor de reventa y a detectar posibles daños antes de que se agraven.

Unas llantas cuidadas también suman valor a tu coche

No es solo cuestión de estética: unas llantas en buen estado pueden marcar la diferencia a la hora de vender tu coche. Junto al aspecto general del vehículo, los compradores valoran el estado de las ruedas y el cuidado exterior como indicadores del mantenimiento global.


Si estás pensando en vender, presta atención a los detalles. Unas llantas limpias y protegidas pueden ayudarte a conseguir un mejor precio y agilizar el proceso de venta.


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