Tipos de combustibles

El carburante de un coche consiste en una mezcla de hidrocarburos utilizada en motores de explosión y de combustión interna. Su función principal es transformar la energía química en energía mecánica para que el vehículo funcione correctamente.

Utilizar el tipo incorrecto de gasolina puede dañar seriamente el motor si el vehículo es puesto en marcha. Este error puede resultar en costosas reparaciones, por lo que es crucial familiarizarse con las denominaciones comunes de la gasolina, el gas y el gasóleo, especialmente al viajar al extranjero y repostar en estaciones no familiares.

• ¿Qué tipos de combustibles son más comunes en las gasolineras?
• Clasificación Europea de los tipos de combustible
• ¿Es importante elegir el tipo de combustible en el coche?
• Diferencias entre combustibles de alta y baja calidad
• Elegir el combustible adecuado: ¿Por qué es importante?

Los motores de los coches pueden funcionar con gas, gasolina o gasóleo, los cuales suelen presentarse en varias calidades en las gasolineras.

Estos combustibles tienen designaciones específicas para que los clientes puedan identificar rápidamente el tipo que necesitan o comparar precios de un vistazo. Además de estos combustibles tradicionales, los vehículos eléctricos y de hidrógeno están ganando presencia y suelen contar con estaciones de recarga dedicadas.

Gasolina

La gasolina se identifica comúnmente por la abreviatura PB (del plomo, aunque la gasolina actual es sin plomo), seguida de un número que indica el octanaje, como PB 95 o PB 98, que describe su capacidad de combustión eficiente.

En el mercado de segunda mano, los coches de gasolina son la opción más elegida por aquellos que buscan un coste inicial más bajo ya que los coches con motor de gasolina suelen ser más económicos.

Diésel

El término diésel se refiere tanto a un tipo de motor como al combustible gasóleo. En las gasolineras, suele identificarse con la abreviatura ON. Es habitual encontrar en los surtidores o en los paneles de precios indicaciones sobre el tipo de gasóleo y, en algunos casos, la presencia de biodiésel (BIO). De hecho, en España, entre un 23% y un 28% de las personas que planean comprar un coche en los próximos 12 meses considera aún la opción diésel, lo que demuestra su vigencia pese al auge de otras tecnologías.*

Gas

El gas licuado de petróleo (GLP) se identifica en las estaciones de servicio con las siglas GLP. Por su parte, el gas natural, disponible en puntos de venta especializados, utiliza las abreviaturas GNC (gas natural comprimido) y GNL (gas natural licuado). Conocer estas denominaciones te ayudará a elegir el combustible adecuado y evitar confusiones al repostar.

Cuando viajas al extranjero o conduces profesionalmente entre diferentes países europeos, es esencial entender las designaciones de combustible que encontrarás en cada estación. Para unificar la señalización y prevenir errores, la Unión Europea estandarizó las etiquetas de combustibles en 2018.

Las nuevas designaciones europeas incluyen una figura geométrica y una combinación de letras y números, diseñadas para facilitar la identificación:

• Gasolina: Se marca con un círculo y la letra 'E', seguida de un número como E5, E10, o E85, indicando el porcentaje de etanol o biocomponentes.
• Diésel: Se representa con un cuadrado y la letra 'B', con etiquetas como B7 o B10, que muestran el porcentaje de biocomponentes, o XTL para diésel sintético.
• Gas: Identificado por un rombo y abreviaturas específicas como H2 para hidrógeno, GNC para gas natural comprimido, GNL para gas natural licuado, o GLP para gas licuado de petróleo.

Esta nomenclatura ayuda a los conductores a elegir el combustible adecuado y evita confusiones. Aunque estas nuevas etiquetas indican principalmente el contenido de biocomponentes, en las gasolineras aún se conservan las designaciones tradicionales que especifican el octanaje.

Por ejemplo, mientras que la gasolina E85 es adecuada para vehículos flexifuel, capaces de operar con mezclas de etanol y gasolina, las designaciones como B7 o B10 en el diésel informan sobre el contenido mínimo de biocomponentes. Así, los conductores pueden estar seguros de su elección sin preocuparse por el octanaje.

• Mejoras en la eficiencia. Los avances tecnológicos han disminuido las brechas tradicionales entre estos combustibles. Los motores de gasolina han aumentado su eficiencia energética, mientras que los diésel se han vuelto más silenciosos y limpios, mejorando significativamente en términos de emisiones y refinamiento.
• Consideraciones sobre restricciones de circulación. Con las crecientes restricciones ambientales en muchas ciudades europeas, especialmente contra los vehículos diésel, elegir un tipo de gasolina puede ser más prudente si se viaja frecuentemente a áreas con tales regulaciones.
• Análisis del coste del combustible. Los tipos de gasolina como la gasolina 95 son generalmente más accesibles y comunes en España. Sin embargo, el gas natural emerge como la opción más económica. Evaluar el coste total de propiedad, incluyendo el consumo de combustible, el mantenimiento y las posibles reparaciones, es fundamental para tomar una decisión informada.

• Patrones de conducción. Para largos recorridos, el diésel sigue siendo una opción rentable por su mayor eficiencia y autonomía. En contraste, para recorridos cortos y urbanos, la gasolina, especialmente tipos como la gasolina 95 en España, ofrece mejor respuesta y eficiencia.
• Impacto de las restricciones de circulación. Es vital informarse sobre las limitaciones de circulación en zonas habituales para asegurarse de que el tipo de combustible elegido no limitará el uso del vehículo.
• Costes asociados a cada tipo de combustible. Considera tanto el precio inicial del combustible como los costos a largo plazo asociados con el tipo de motor y combustible seleccionados.
• Preferencias personales. Algunos conductores pueden preferir la agilidad y la rápida respuesta de los motores de gasolina, mientras que otros pueden valorar la eficiencia y durabilidad asociadas con el diésel.
  
  

En las estaciones de servicio se ofrecen distintos tipos de combustibles, cada uno con sus propias características y beneficios.

Gasóleo:

• Gasóleo básico: Tiene un índice de cetano más bajo, lo que puede provocar una combustión menos controlada, resultando en menor eficiencia y mayores emisiones contaminantes.
• Gasóleo refinado: Con un índice de cetano más alto, ofrece una combustión más limpia y eficiente. Incluye aditivos que limpian y protegen el motor, justificando su precio más elevado por los beneficios a largo plazo.

• Gasolina de bajo octanaje (95 octanos): Es la opción estándar y más económica, adecuada para la mayoría de los vehículos modernos. Sin embargo, puede incrementar el desgaste del motor y las emisiones en situaciones de alta demanda.
• Gasolina de alto octanaje (98 octanos): Mejora la resistencia al picado en vehículos de alta compresión o rendimiento, optimizando la combustión y justificando su precio más alto.
• Gasolina PB98 refinada: Combina un alto octanaje con aditivos que limpian el motor y mejoran la eficiencia de la combustión, reduciendo las emisiones. Es ideal para quienes buscan el máximo rendimiento y protección para su vehículo.

• Tipos de combustibles para coches: un factor clave para la salud de tu vehículo
  Conocer las diferencias entre los tipos de gasolina y sus beneficios no solo mejora el rendimiento del coche, sino que protege el motor a largo plazo. Elegir bien, ya sea gasolina 95 o premium, es una inversión en eficiencia y durabilidad, especialmente si tu coche es relativamente nuevo.
• Mayor durabilidad del motor:
  • Un combustible de baja calidad puede provocar acumulaciones de residuos en el motor, reduciendo su vida útil si no se hacen revisiones periódicas como el cambio de aceite o filtros.
  • Los combustibles de mala calidad pueden causar daños graves: desde agarrotamiento del motor hasta averías en el cigüeñal o los pistones.
  • La gasolina de calidad contiene aditivos que limpian el motor, evitan depósitos y reducen emisiones contaminantes.
• Mejor rendimiento del motor:
  • Un combustible de bajo octanaje puede generar combustiones ineficientes, afectando la potencia y aumentando el consumo.
  • Las gasolinas de mayor calidad mejoran la combustión y permiten una conducción más suave y eficiente.
  • El gasóleo de baja calidad también puede reducir la respuesta del motor y aumentar las emisiones.
• Ahorro económico a largo plazo:
  • Aunque su precio sea más alto, un buen combustible ayuda a evitar averías caras y mejora el consumo a largo plazo.
  • Contribuye a conservar mejor el valor de reventa del coche.
  • Ahorrar en el repostaje puede parecer una buena idea al principio, pero puede acabar saliendo caro en reparaciones y visitas al taller.
• Más seguridad y tranquilidad al volante:
  • Un buen combustible garantiza un funcionamiento fiable del motor, lo que se traduce en viajes más seguros y sin imprevistos.

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* Fuente: Nielsen Media Germany, encuesta en línea, 9.060 respuestas, período de julio de 2022 a diciembre de 2024, muestra representativa a nivel nacional de personas de 50 a 64 años con intención de comprar un coche en los próximos 12 meses.